CAR-T académicas vs industriales
Subimos este artículo porque se explica muy bien todo lo relacionado con los CAR T académicos. El CAR T académico es aquel que realiza un hospital público y no es de la industria farmacéutica, esa es la principal y casi única diferencia. (Nota Cemmp)
Decían en 2020 María Jesús Lamas-Díaz y César Hernández-García, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y jefe de Departamento de Medicamentos de Uso Humano, respectivamente, en un editorial de Farmacia Hospitalaria, el órgano de expresión científica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, que “vivimos una época emocionante de la farmacología de la mano de las terapias avanzadas”. Y posiblemente se quedasen cortos, porque resulta fascinante ver cómo y a qué ritmo progresan las terapias CAR-T (consisten en extraer linfocitos T del paciente mediante aféresis, modificarlos para que reconozcan y ataquen las células tumorales, y volverlos a transferir al paciente para que, tras ser reprogramados, puedan reconocer, atacar y destruir las células cancerosas).
Esas terapias, ya sean industriales o académicas/públicas, son muy relevantes puesto que están destinadas a cubrir necesidades médicas importantes y sin solución curativa (pacientes con enfermedades potencialmente mortales que no han respondido a ninguna de las terapias autorizadas).
El sector Público
Pero, personalmente, me llaman más la atención las académicas, porque demuestran que el sector público puede hacer mucho más que publicar conocimiento y hacer ensayos clínicos a cuenta de la industria, especialmente en el caso de terapias tan complejas y tan extremadamente costosas como, por ahora, son estas.
Mi comentario viene a colación de que esta semana el Hospital de Sant Pau de Barcelona ha hecho públicos en el Congreso de la Sociedad Europea de Hematología (EHA2022 Congress) de Viena resultados exitosos de la fase I de su propia CAR-T30 para linfoma de Hodgkin y algunos tipos de no-Hodgkin T en mayores de 18 años. Este hospital no congela su CAR-T sino que la infunde fresca, tras un proceso que dura unos 10 días desde la aféresis. Antes, en 2020, obtuvo el certificado de cumplimiento de Normas de Correcta Fabricación para la producción de un medicamento de terapia avanzada por parte de la Aemps, que permite la producción y control de calidad de medicamentos celulares tipo CAR-T en salas blancas hospitalarias.
Hospitales
En febrero de este año, la CAR-T desarrollada por el Hospital Clínic de Barcelona-IDIBAPS para el tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) consiguió la designación PRIME de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), en lo que podría definirse de hito para el centro y para el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esta terapia, que antes recibió la aprobación como medicamento de terapia avanzada de fabricación no industrial por la Aemps, es para pacientes mayores de 25 años con LLA resistente a los tratamientos convencionales.
Y el Hospital La Paz de Madrid también destaca en esta, muy posiblemente, carrera de fondo, con su propia terapia biespecífica CAR-T duales -19/22- para pacientes con leucemia linfoblástica aguda B.
Estos tres hospitales universitarios trabajan en más CAR-T, además de las citadas.
Esperemos que la lista de este tipo de innovadoras terapias siga creciendo, y la evidencia de sus prometedores resultados vaya a más también en el seguimiento a largo plazo; y que en el caso de las públicas, al menos, cuenten con apoyo de todas las autoridades competentes y no se les pongan obstáculos sobreañadidos como la falta de financiación especialmente en las diferentes fases de su desarrollo clínico.
El plan oficial del Gobierno
El plan oficial del Gobierno acerca de las terapias avanzadas, de noviembre de 2018, permite ser algo optimista: “Se incorpora la visión estratégica de impulsar la investigación pública en la materia así como la traslación de la investigación pública a la práctica clínica y la fabricación de medicamentos CAR académicos así como la creación de nodos de fabricación en el SNS bajo la exención hospitalaria”.
Sería lamentable que con ésto sucediese lo mismo que con la vacuna contra el SARS-CoV-2 de Luis Enjuanes, jefe del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ahora trabaja en la primera de administración intranasal. Si este virólogo hubiese tenido la financiación y los recursos humanos necesarios a tiempo a lo mejor la historia de la pandemia de covid-19, al menos en el tramo actual, sería diferente.
Según explicaba él mismo en una entrevista en El Mundo esta semana: «Nuestra vacuna tiene la propiedad de inducir una inmunidad esterilizante. Tres semanas después de que los ratones recibieran la dosis ya no encontramos rastro del virus virulento. La inmunidad que induce, por vía intranasal, elimina el virus en la puerta de entrada. Es de interés porque contrasta bastante con las vacunas actuales. Son vacunas que, a pesar de las tres dosis, permiten la infección. Desde luego no sufres una patología grave y no mueres. Pero hay que mejorarlas para que eliminen el virus en la puerta de entrada como parece ser que hace la nuestra en el modelo experimental”.
Un abrazo muy fuerte a todos aquellos que, desde cualquier ámbito, no se achantanante las posibles dificultades (comenzando por la modestia de los recursos públicos para investigar) y se lanzan a desarrollar soluciones a problemas de salud vitales.
Fuente: Carmen Fernandez – Terapias avanzadas
Diario Médico
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